La reducción de daños se encuentra donde están las personas que usan drogas, mientras no estén encarceladas.

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Los defensores de la reducción de daños consideran que su trabajo se desarrolla en un área legal ambigua y no colaboran con la policía. Algunos no trabajan con personas encarceladas porque asumen que dejan de consumir drogas, mientras que otros ven a la reducción de daños y el encarcelamiento como temas separados.

Sin embargo, las personas que se benefician de los programas de reducción de daños, como los programas de intercambio de jeringuillas, las personas en riesgo de sobredosis, las personas con trastorno por consumo de opioides, las personas con VIH y hepatitis viral, y las personas afectadas por el sistema que viven en la pobreza, en muchos casos pasan periodos también en prisión. Muchas de las personas encarceladas podrían desempeñar un papel importante como trabajadores interpares en los programas de reducción de daños, si se les permitiera hacerlo.

Actualmente, las prisiones carecen de programas de reducción de daños y no brindan acceso a servicios adecuados. Esto tiene consecuencias perjudiciales, ya que los encuentros con la policía aumentan el riesgo de sobredosis y transmisión del VIH. Además, la falta de navegadores de reingreso externos en las prisiones dificulta aún más el acceso a recursos y servicios necesarios para la reintegración exitosa en la sociedad.

Los trabajadores de reducción de daños y los navegadores de reingreso deberían colaborar con los departamentos correccionales para brindar apoyo a las personas que se están reintegrando a la sociedad desde la prisión. Esto incluiría proporcionar información, recursos y ayuda para acceder a viviendas, empleo y atención médica adecuada. Los trabajadores interpares con experiencia en reducción de daños y conocimiento de la comunidad y los sistemas carcelarios serían especialmente valiosos en este rol.

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Es esencial ampliar los servicios de reducción de daños en las prisiones y garantizar que las personas encarceladas tengan acceso a programas de apoyo adecuados durante y después de su liberación. La reducción de daños no debe limitarse a las personas fuera de la prisión, sino que debe alcanzar a todos aquellos que se encuentran en este entorno para promover la salud, la seguridad y la reintegración exitosa en la sociedad.

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