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Redacción-
Este artículo de investigación examina los programas de educación sobre drogas de Australia, basados en hacer prevención sobre la presión de grupo. En él se argumenta que estos programas a menudo presentan la falta de autonomía de los jóvenes como la causa del consumo de drogas. El análisis se basa en un conjunto de datos de 23 textos de educación sobre drogas recomendados para su uso en escuelas secundarias australianas. El artículo sostiene que estos programas buscan producir sujetos obedientes en lugar de autónomos
La investigación se llevó a cabo utilizando un enfoque inductivo, analizando los recursos disponibles en Positive Choices, una plataforma de educación sobre drogas. Estos recursos fueron revisados de forma independiente por un equipo de investigación académica y se les asignaron calificaciones de evidencia basadas en la investigación que los respalda. Se seleccionaron recursos diseñados para profesores y estudiantes de escuelas secundarias, excluyendo aquellos dirigidos a niños de primaria. Se analizaron las estrategias utilizadas en estos recursos para promover la autonomía y la toma de decisiones entre los jóvenes.
El análisis reveló que los programas de prevención sobre drogas enfocados a la toma de decisiones y la resistencia a la presión de los compañeros como estrategias para fomentar la autonomía, son programas que equiparan el consumo de drogas con sucumbir a la presión de los compañeros y presentan datos a nivel de población para constituir el consumo de drogas en los jóvenes como algo atípico. Por lo tanto, el investigador considera que estos programas reproducen normas sociales en lugar de capacitar a los jóvenes para tomar decisiones autónomas.
Los recursos analizados en Positive Choices presentan actividades de toma de decisiones que buscan enseñar a los jóvenes a tomar decisiones autónomas y resistir la presión de los compañeros. Sin embargo, estos recursos a menudo presentan el consumo de drogas como una elección fallida causada por la presión de los compañeros, en lugar de reconocer la posibilidad de un consumo intencional o entusiasta. Bajo la bandera del pensamiento crítico y la autonomía, realmente lo que se pretende es predicar la abstinencia como única forma válida de relación con las sustancias, siendo esto el principal boicoteador de la práctica preventiva, ya que con ello no se fomenta ni la autonomía ni el pensamiento crítico. Por lo tanto, no se prepara a la población para su relación con las sustancias, sea cual sea esta.
Leer el artículo completo en sciencedirect.com
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